martes, 18 de diciembre de 2012

Fiesta en la casa del Grefusa...

El otro día, rebuscando entre mis papeles, encontré estas dos fotos que tienen una historia más propia de un guión de Hollywood que de un fin de semana de regatas...
Resulta que estábamos disputando un Trofeo de La Reina, en Valencia.
Una de las embarcaciones inscritas y participantes en dicho torneo era el "Grefusa".
Pues eso, que como el jefe de Prensa de ese equipo era amigacho, los dueños de la empresa Grefusa, los hijos de los dueños (eso sí), que eran los aficionados al deporte de la Vela, hablaron con Jaume, su jefe de Prensa, y nos invitaron a una fiesta en su casa para la noche.
Pasarían a recogernos los directivos de la empresa por nuestros respectivos hoteles.
Tras finalizar la competición, emitir los correspondientes comunicados de Prensa, recoger los ordenadores, y despedirnos hasta la siguiente jornada, nos fuimos cada uno a su hotel y nos acicalamos...
A cierta hora, pasaron a recogernos y nos trasladaron hasta unos chalets de Alzira, no sin pasar antes por la fábrica madre, vamos la primera de las varias que poseen entre España y Portugal.
Pues eso, que llegamos allí y comenzamos la fiesta.
Imaginad que uno de los hermanos (la segunda generación tras el fundador-la familia Gregori) es un fabuloso amante de los buenos vinos...Podéis imaginar la cava o bodega subterránea que tenía y de la que se mostraba muy orgulloso cuando nos la enseñaba permitiéndonos que eligiésemos los caldos con los que regar la cena que nos esperaba...
Bueno, el caso es que junjto a los hijos y algunos integrantes del equipo directivo de Grefusa, estaban sus respectivas esposas.
Pues aquí va la primera foto.
En esta foto, se nos puede ver a algunos de los periodistas que acudimos a aquella cita, (Ezequiel, Josep...) junto a las esposas y algún que otro directivo (no me acuerdo de su nombre).
Pues eso, que todos vamos ya con bebidas en vaso largo, es decir, que ya habíamos cenado y antes de pasar a los postres, nos tomamos unas copitas (que quede claro que bebíamos porque no teníamos que conducir-nos llevaban los compis directivos).
El problema fue cuando llegó el baile. Por aquel entonces, según nos comentaron, la esposa del hijo de uno de los dueños de Grefusa, (la chica que está a mi izquierda) estaba dando un curso de bailes por sevillanas.
Pues bien, puso un CD de sevillanas y se fue a mi amigo Ivo (gran fotógrafo) y le dijo que bailase con ella.
Ivo será un magnífico fotógrafo náutico y social, pero de baile de sevillanas..."ná de ná" (y no lo digo porque sea valenciano, no.). El caso es que uno, el que escribe este "post", de sevillanas sabe algo y, con la marchita que teníamos en aquellos momentos, me lancé a bailar con una de las esposas de un directivo, que al parecer también seguía el mismo curso de sevillanas (creo que para acompañar a la esposa del jefe...).
Pues imagina, querido/a lector/a, la cara que puso la esposa del hijo del jefe, que estaba bailando con un joven que parecía limpiarle las telas de araña a la lámpara del salón, cuando vio a la esposa de uno de sus directivos bailando los cuatro pasos con alguien que se defendía en ese tema (casi mejor que... bueno, la verdad es que mucho mejor que bailando la sardana o la muñeira...)...
Pues imagina, imagina. El caso es que en la siguiente sevillana, esta joven, dueña del lugar, se vino hacia nosotros y con una cierta autoridad quiso hacer un cambio de parejas, de tal forma que mi compañera en esos momentos se fuese a bailar con Ivo y yo, para deslumbrar a sus "amigas" lo hiciera con ella.
Como podéis comprender, por caballerosidad con mi "partenaire" hasta ese momento, no pude aceptar aquel cambio, así que amparado en el "puntito" que había alcanzado con las copitas, y las vueltas que había dado con la primera, la segunda, la tercera y la cuarta evoluciones de la sevillana, le manifesté que no bailaba más sevillanas esa noche.
Imaginad el cabreo monumental que alcanzó esta chica, muy poderosa hoy día en el mundo de la pipa, del cachuete y del kiko, pero que intentaba en aquel momento ponerse encima de alguien que había ido allí, modestamente, a echar un ratito agradable.
Aquí va la segunda foto
En esta foto, mi amigo Nico, captó el momento en el que la señora de la casa me "amenazaba" (ya lo digo entre comillas) arengándome "tú no te vas de aquí sin bailar una sevillana conmigo", no podía entender que si había bailado con su "amiga" tenía que hacerlo con ella, para que ella misma pudiese deslumbrar a los presentes con los conocimientos adquiridos en la academia de baile.
Fue una pena (para ella), pero al final se quedó sin bailar conmigo.
Al día siguiente, además de los resultados de la regata, este también fue un tema de comentarios ¿Verdad Ivo?

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